viernes, 27 de junio de 2008

Azul...

"Tu verso está nutrido con savia de la tierra;
fulgor de Ramayanas tu viva estrofa encierra,
y cantas en la lengua del bosque colosal".

Rubén Darío, Leconte de Lisle. Azul...


Comparo entre las horas holgadas de huelga y descanso los versos y rimas de este poeta y me viene a la mente, y al recuerdo todavía fresco, el modernismo literario, sus principios e iconos, referentes y generalidades varias. La genialidad de sus palabras, que son el producto de una vida de sonidos y musicalidad verbosa.

Me encanta la fuerza y contundencia de sus palabras, el hecho de que transmita a través de una mitología que a penas sí es más que una justificación o lo irrelevante del poema, sus ritmos métricos, su también suave genio. Lo que me fastidia es la forma en que se desenvuelve la literatura y sus doctrinas apopléjicas entre el tiempo que media en las aulas su perorata.

¿Rubén Darío es quien dicen que es? Una pregunta extensible a muchos otros escritores como Valle-Inclán, al que tuve el privilegio de referir en mi examen de selectividad hace ya dos años. Incluso cuando se nos obliga a la lectura de un libro, otorgándonos la ampliación de nuestra libertad comprensiva, se coarta el crecimiento de este pequeño ser llamado independencia de criterio a través de la coerción de las notas, tal que si fueran agentes de seguridad.

Imágenes: Rubén Darío en plena creación artística (véase el lápiz que sostiene con la mano... más abajo) y el tumbado un alumno descansando a causa de la brutalidad de el día a día a manos de la docencia universitaria.

C.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero una tumbona como ésa.
Ya!

Unknown dijo...

Por un lado, apoyo a Jesu.

Por otro, quiero decirte que, o marco todas las respuestas que aparecen en tu encuesta o no marco ninguna. Lo siento. La noticia de que Blizzard va a sacar Diablo III todavía me estremece y maravilla.

Por un tercer lado, que no debería ser Izquierda Unida, quiero añadir que la reflexión es fascinántica y maravilloidea. Ya me entiendes. O no. Bueno, nada es seguro.

Amén.

Carlos Naval dijo...

Amén, mi buen Javier.