jueves, 12 de junio de 2008

Las causas de la fiebre reticente

Las nubes ya no persiguen mi desidia, infructuosa actividad solar hasta hoy, pero yo me encuentro convaleciente de un achaque no demasiado agradable: la... ¿gripe? Puede ser, no soy médico, de lo cual me siento orgulloso, dicho sea de paso.

Las causas son fácilmente determinables, y a pesar de que no vayan a tener el nombre de una lumbalgia psicocéntrica en el perineo central, es lo más parecido a moquera y dolor considerable de cabeza de lo que se pueda pensar. En el concierto de Extremoduro, las autoridades competentes quisieron desalojar miles y miles de personas en autobuses de servicio especial. Aproximadamente llegaba uno cada media hora a un Getafe más bien desolado y conquistado por la roquera actuación de la banda ya nombrada.

¿Un autobús cada media hora? Sí, hagan los cálculos. Miles de personas divididas para el número de los que caben en un autobús- ¿50 puede ser?- da un resultado de infinito más uno. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme cuatro de estos aparatos motorizados más allá en la calle, regulados por un agente de policía.


¿Por qué? Pude terciar unas palabras con el chófer del primer autobús y él mismo estaba desconcertado. Pero creo que ya lo sé. Veo una farmacéutica implicada, una policía conchabada para obetener miles de resfriados que cubrir con sus medicinas a punto de caducar. O eso, o es que, como bien indiqué entonces, nada tenía que ver la policía; tamaña fantástica coordinación sólo podía, y puede, ser fruto de la experiencia de un político en materia de conciertos, puesto que el ordenamiento jurídico nada observa para el caso.

Un saludo a todos aquellos condenados a gustar del Rock en estos tiempos difíciles.

Fotografía: Fito sonándose (izquierda) y Roberto Iniesta bajo los efectos de un resfriado contraído en un concierto de the Bärds.

C.

3 comentarios:

Alanthos dijo...

Estoy de acuerdo. Un político está detrás de todo esto.

Por otro lado, y pensando de forma sensata, no puedo por más que pensar que sufres de un caso de congelación cerebral al alegrarte de no saber nada de medicina (que, en esencia, es uno de los aspectos claves del ser médico; si no quieres ser médico, no quieres saber nada de medicina, y por experiencia propia te digo que tal planteamiento, el de rechazar el conocimiento, sea del estilo que sea, no es una buena idea).

Por otro lado, y si bien espero que experimentes una inmediata mejoría de tus ro(qu)eros síntomas, supongo que lo mejor que puedo hacer en estos momentos es recomendarte encarecidamente que vayas más abrigado a los conciertos. ¿Quién va a cantar si no te cuidas, eh? Ya, ya sé que tú no eres el único integrante del grupo, pero tú tienes parte del volumen de canciones en el reparto de canciones, así que, cuando cantáis canciones, algunas has de cantarlas tú. Ya lo sabes.

Procura seguir vivo, ¿de acuerdo, mantelón?

Y, por cierto... el universo es un pañuelo. ¿Queda claro, Don?

Ángel-Z dijo...

Bueno, Fito más que sonándose... un poco sonao parece; pero no está gordo, jajaja!!!
Y a ver, ¿para qué quieres tú saber medicina? ¿acaso el personal sanitario se libra de los catarros y de los atascos provocados por políticos que no se molestan en consultar lo que dice el ordenamiento jurídico respecto al desalojo de rockeros tras una actuación de Extremoduro? Nooooo. En cualquier caso, igual los que no tenemos afición a los conocimientos de medicina es porque preferimos dejarnos curar. Un abrazo a ti y a la concurrencia.

Anónimo dijo...

:)