sábado, 9 de enero de 2010

Todos en pelotas

Con motivo del atentando fallido con una bomba en los calzoncillos de un terrorista nigeriano de Al Qaeda el pasado 25 de diciembre, se introdujeron nuevas medidas de control de seguridad en los aeropuertos estadounidenses. Además de las consabidas revisiones del equipaje facturado y de mano se ha añadido un nuevo tipo de registro personal: el del escáner corporal, en sustitución del tradicional detector de metales con un posible sencillo y físico registro superficial, que ofrece una detallada imagen del individuo escaneado y lo que lleva debajo de la ropa.

La primera pregunta que me viene a la cabeza ante este planteamiento es: ¿No se está vulnerando de este modo el derecho a la intimidad personal y al honor? Sí. Sí se está haciendo. No merece la pena que nos engañemos ni nos escudemos en ese ente omniprotector denominado Seguridad del Estado. Al fin y al cabo, desnudar a una persona “tecnológicamente” es una vulneración de su intimidad aunque sea en su propio beneficio. Pero, ¿cuáles son las otras opciones? Podemos sin duda enumerarlas: suponiendo que el control de seguridad de los pasajeros aún vigente en España no sea suficiente para protegernos- o más bien proteger a EEUU- de posibles atentados, la opción de seguir “como estamos” no sería una buena elección. Por otro lado podría estar la de endurecer los métodos tradicionales de cacheo. De hecho, ésta última ya se está llevando a cabo en aeropuertos estadounidenses donde no cuentan con escáneres corporales. Los registros corporales consistirían en un manoseo del individuo que permitiera llegar allí donde la vista no puede llegar. En palabras de Silvia Frutos de El País refiriéndose a un reciente viaje desde Nueva York “Les puedo asegurar que el registro corporal que me fue realizado violaba y vulneraba mi intimidad mucho más que cualquier escáner de cuerpo entero".

Llegamos entonces a un punto donde no podemos parar ni Retroceder, un punto peligroso donde están en juego otros derechos como el de la Vida y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses y europeos. Si se nos pide el esfuerzo de implantar estos sistemas avanzados de registro debemos atender la llamada y llevar a cabo un control más exhaustivo de los pasajeros que tomen transportes de cualquier tipo. No obstante, podemos escoger la mejor opción tanto para nuestros intereses como para la preservación de nuestros derechos fundamentales. Para conservar los métodos actuales sólo podemos argumentar los errores que han llevado a esta situación descontrolada de paranoia política de sobreprotección contra un enemigo invisible, ya que el FBI y la CIA ya estaban alertados de la existencia del terrorista por un confidente y nada hicieron. De todas las malas opciones que podemos adoptar, la de la implantación del escáner corporal sería la menos mala de todas ellas. Además, ya va haciendo buen tiempo como para andar en pelotas.

2 comentarios:

I e s u dijo...

Ya de paso vendría bien que el escáner corporal te imprimiera los resultados analíticos de sangre, niveles de lípidos y glucosa, fórmula principal y otros derivados, así como que siviera de ecografía completa, nos ahoraríamos hacernos resonancias a trozos por ahí.

En una de mis visitas a México, en 2002, coincidimos con la crisis de las vacas locas, enfermedad radicada principalmente en los países europeos, por lo que el nuevo y olvidado mundo tuvo una oportunidad de oro para pasarlo bien durante un tiempo instalando unas medidas preventivas sobre seguridad sanitaria alarmantes.

Nos desinfectaron literalmente al llegar al último y principal destino, tanto a nosotros como a todas nuestras pertenencias, igual que a parásitos malolientes y enfermizos. Era su venganza.

Es divertido todo ésto, a mí no me importa pasar por cien mil escáneres, ni que me cacheen, no sé, sin pasarse tampoco eh, no, lo que quiero decir es que creo, como apuntas al final, que es un tema fácilmente solucionable, se trata de regularlo de una manera intermedia, siendo efectiva sin conculcar derechos personales.

Un abrazo, almorzador mañanero, copiante!

:)

Ángel-Z dijo...

Ha hecho ml Obama con “asumir” el fallo de los servicios de seguridad: ya lo han metido en la espiral. La seguridad. El cuento de nunca acabar porque una sociedad amedrentada se maneja muchíiiiiiisimo mejor.
Para que no lo olvidemos, de vez en cuando va “la mano” a remover el avispero y, hale, todos a tratar de librarnos de los picotazos. Y ahí están preparados los salvadores que intentarán matar las avispas a cañonazos. Lo de Irak fue una barrabasada histórica. Pero es que ¿qué cojones pintamos aún en Afganistán? Bueno, la versión más suave de lucha contra el terrorismo, la de las medidas de seguridad en los aeropuertos, es más tolerada; pero no menos estúpida. Todas las épocas han tenido sus mitos o creencias infundadas; una de las propias del siglo XXI debe ser la de creer que los terroristas sólo viajan en avión. Por otro lado, mientras permitamos que “la mano” siga removiendo el avispero, las medidas servirán como mucho para desviar los picotazos a otros vecinos, algo muy interesante y en consonancia con la insolidaridad que se respira, pero de ninguna manera para crear un mundo más seguro.
El mundo es más seguro cuando se deja a la gente en paz. La escalada de medidas de seguridad no va a estar marcada por las necesidades de la ciudadanía. Ni mucho menos. Como de costumbre, será la insaciable industria del armamento quien precise cuándo el nivel de sus beneficios es el adecuado… hasta dejarnos en pelotas? Pues con las avispas sueltas y cabreás… aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh!!!!