La inestabilidad ya es sinónimo de la información de estos días que vivimos. La inestabilidad educativa, la inestabilidad económica, la inestabilidad internacional. Y ya no se sabe cuál es de ellas la causa de cada una. Tal vez sea que no vale con inyecciones como la de Bruselas de 200.000 euros. Un dinero que se escapa por la brecha abierta en la economía. Unas cifras en la bolsa que no llaman sino al pánico. Un pánico como el de Afganistán y su sangría constante. Un pánico como el de los raptos de Somalia, como el que azuza en Bombay, y del que tampoco se ha librado Esperanza Aguirre, caminando entre los charcos de sangre de más de un centenar de muertos.
Sin embargo, y con tanto pánico, ante esta tragedia o collage del desaliento. Qué hacen las empresas como Lukoil en expansión. De dónde sacan el dinero. Porque todavía hay dinero. Dinero ficticio que desaparece en la bolsa según el juego de las fluctuaciones.
De todas maneras, no es para alarmarse. Las alarmas son de aquellos que escuchan las crónicas de los sucesos. Que se empecinan en que éste es el tiempo de la crisis, cuando en realidad tan sólo es el tiempo de hablar de ella. Hablemos pues, ya que hay que hablar. Hablemos también del esperado descenso del indicador de hipotecas, o la entraga del reconocimiento a las víctimas del franquismo y la dictadura. Informaciones inocentes que son noticia, aunque no portada.
Por fortuna, siempre nos queda el deporte y la Champions. Si miramos con perspectiva, de hecho, los problemas de unos son las victorias de otros. El problema de los rectores universitarios es la prueba fehaciente de que los jóvenes luchan por su futuro. Y además en medio de un frío invernal, que más bien invita al sedentarismo en el hogar, a la espera de que siga descendiendo el Euribor, en un lugar no muy lejano..
Así es tal como estaba escrito. Hasta con dos puntos al final que no llegan a ser tres.
C.
Imagen: Un niño con el pijama a rayas en la representación de Tres Sombreros de Copa. Me pareció una posición bastante comunicativa por mi parte.
6 comentarios:
Estupendo, Dionisio.
Tengo que recordar que la redacción intenta ser lo más radiofónica posible. De ahí que no haya frases muy largas... jajaja! Muchas gracias Iesu!
Y yo quiero recordar quién es Dionisio. Carlos es Dionisio y también más personajes. Dionisio es Carlos y también lo es más gente.
Dionisio ve las lucecitas de las farolas del puerto. Las que no existen.
Todos pueden verlas, pero sólo él las ve. Y lo cuenta.
Um.
Bueno, tal vez te llegue como un shock, pero no llegué a oír tu alocución radiofónica. Las ondas no caben tan bien como pensé en la red de la Facultad, y encontré muchas más dificultades de las esperables en escuchar el programa mientras estaba esperando la hora de clase.
En todo caso, agradezco que hayas transcrito aquí todo lo que puede leerse. Agradezco también que hayas inventado los melones con los que me alimento, en bases regulares. Y agradezco a Jesu que llame Dionisio a Carlos y le diga que él (Dionisio, usease, Carlos y más gente) es capaz de ver las lucecitas de las farolas que no existen en el puerto. ¿Que cómo sabe él que están en el puerto si no existen? Enigma...
En todo caso, ha sido interesante leerlo. Ha sido una forma estimulante de leer un poco de todo, sin dejar de escuchar nada y paladeándolo todo mucho.
PD: A los que escribís y leéis, y si no la habéis visto... VED TELÉFONO ROJO, ¿VOLAMOS HACIA MOSCÚ? , de Stanley Kubrick. Brutal.
Hey, peaso de pibe!!!. Lei tu boletin informativo, después de chequearlo, y me pareció bastante chido.
En serio, rápido, directo e informativo. Una cadena concatenada de información muy coherente, si seño. A pesar de que haya frases largas, no te preocupes, esas también caben en los diccionarios o en los, en los, en los trozos de cartón con hojas en medio...
En fin, un abrazo y haber cuando nos encontramos cara a cara, espero que el sabado que viene en huesca.
P.D: No me consigo desenganchar del pro. Arggg!!!
feliz navidad :)
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