miércoles, 29 de octubre de 2008

El nacimiento de todo conocimiento

Lejos de todas las fruslerías cacofónicas, de los sonidos y del presente. Más allá. Se encuentra quizá el nacimiento, si es que es prudente ponerle fecha, de los inicios del raciocinio, del pensamiento algo más riguroso, de lo que entonces se llamaba filosofía. Qué decir tiene que todos hemos oído hablar de Aristóteles, de Platón, de Sócrates o de (más atrás en el tiempo) Tales de Mileto. La novedad de conocer fuera de los mitos del pueblo, fruto de la ignorancia, las prisas y la indiferencia (toma, como la prensa basura de hoy en día). ¿Por qué? ¿A qué se debe que esos seres humanos pudieran dedicarse al delicioso arte de la contemplación y la investigación?

Supongamos que nunca hemos pensado precisamente en eso. Sin embargo, seguro que recordamos aquella época como la dorada oda al ser humano en toda su gran cantidad de posibilidades. Blanca, pulquérrima e idílica. Sería lo justo, yo también lo creo salvando las distancias de la esclavitud, el machismo cerrado y otras. ¿Pues qué ha de pasar? Que Tales se puso a darle vueltas y vueltas, se fijó en las cosas y no se conformó con lo que le decían, pues en realidad nadie sabía a ciencia cierta y era más bien un Alguien el que desde nadie sabía dónde dictaba los inicios del universo y su esparcimiento. Pensar, pensar sin más. Sí, pero ¿por qué entonces? ¿Por qué no antes ni después?

Ignacio y Elena Casas Santero y Ana Martínez Arancón elaboraron en la introducción de Ideas y formas Politicas de la Antigüedad al Renacimiento una teoría acerca de esto y llegaron a la conclusión de que se trataba del fruto de las horas muertas de aquellos que habían acumulado suficientes riquezas como para vivir holgadamente y sin trabajar. O sea, unos vagos acaudalados que podían permitirse el lujo de perder el tiempo con tonterías. Y en realidad es la verdad. Nosotros mismos nos damos cuenta de que el eficiente trabajador y/o estudiante es aquel que no tiene tiempo para pensar ni plantearse las cosas que está pasando a su alrededor.

Qué quieren que les diga, me alegro de poder presumir de pereza en ese caso.
Imagen: Tales de Mileto.

4 comentarios:

Alanthos dijo...

En otras palabras... los griegos fueron tan sabios porque tenían satisfechas sus necesidades gracias a que unos cuantos infelices se partían la espalda para satisfacerlas. Um.

¿Alguien ha oído hablar de un chow llamado Mythbusters, en los EEUU? Va de demostrar que ciertas creencias populares (como que los griegos eran sabios y buenos, en este caso, dado que fueron la cuna de la Civilización Occidental) no son demasiado realista.

Um. Decepcionante, recordar que todas las eras del mundo que muchos románticos llaman "brillantes", de "progreso" e "Iluminación" fueron también edades con bastantes claroscuros.

Hoy mismo, sin ir más lejos. El mundo de hoy tiene muchas sombras y luces. En mi cuarto mismo, hay montones de todos esas desgraciadas. Miau.

PD:
-Sólo puedes entender que la Tierra es Plana y que hay Elefantes y Tortuga debajo si antes comprendes la Verdad.
-¿Qué verdad?
-Que no hay cuchara.
-...
-Por ejemplo.

Anónimo dijo...

Interesante asunto.

¿Pensamos porque estamos ociosos? En parte es posible. Pero tiendo a creer que no es así. El ser humano piensa por naturaleza, lo cual tampoco tiene demasiado mérito.

Piensa porque está un poquito capacitado para ello y ejercita (poco y mal) algunas neuronas, lo mismo que el elefante está capacitado para alagar la trompa y atrapar objetos o comida, o el cocodrilo está capacitado para machacar seres vivos con sus dientecillos.

Los primeros humanoides, poco después de salir de sus cavernas, realizando actividades un poco más estresantes y menos ociosas que las nuestras, se calentaban el coco inventando y fantaseando teorías sobre el cielo y el infierno, crearon dioses y los veneraron, se preguntaron lo mismo que nos preguntamos nosotros, qué es ésto, de qué va, qué sentido tiene.

(probablemente lo único que no tiene sentido es la pregunta misma)

Sí, pensamos por naturaleza, aunque no nos creamos maravillosos por ello. Yo, que me dedico a éso, no sé si es bueno pensar. Cada vez me tienta más el lema de algunas teorías psicológicas...'Pienso, luego no existo'. Actuar!

No sé, quiero creer que no estoy cambiando. Se supone que soy ingenuamente optimista y que la vida me sigue pareciendo maravillosa.

Taluegoooooooooooooo Carlitos!

Jeromín dijo...

Bueno, yo si que me pregunte una vez algo relacionado con esto, pero con la Historia y no con la filosofía.

De todas formas saque una conclusión parecida, en la Antigüedad los que no tenían que eslomarse para sacar adelante a su comunidad o empuñar una lanza para evitar la total desaparición de la misma, podían permitirse más tiempo para pensar.

Por desgracia, han pasado a la Historia como individuos de gran inteligencia, pero eran simplemente unos privilegiados. Quizás el pescador anómino, que faenaba a unos pocos kilometros de donde estaban ellos, tuviera mayor capacidad de observación y sus brillantes dotes no se recuerdan porque no tenía billetes para limpiarse el culo pero si manos para trabajar.

Por otra parte, la sedentarización de las ciudades y la aparición de la escritura fueron pasos fundamentales para que esto sucediera.

Un besazo...

Alanthos dijo...

Me da la impresión de que, sencillamente, la inteligencia apareció como un carácter evolutivo propiamente dicho en respuesta a la extraordinaria cantidad de problemas que los seres humanos (como especie poco eficiente anatómicamente salvo en cuanto a sus manos... muy útiles, a no ser que no tengas cerebro para emplearlas) tenían que afrontar. Así, la inteligencia nació y actuó desde un momento resolviendo problemas, pero en cuanto los seres humanos supieron manejarla lo suficiente, se hicieron conscientes de temas como la mortalidad y demás, que ninguna inteligencia puede manejar debidamente porque está más allá de la experincia, la materia bruta que el intelecto necesita para trabajar. En otras palabras: la inteligencia es la herramienta más complicada, extraña e incontrolable del universo conocido.

Por otro lado, cada uno ha dado sus respuestas con respecto a sus áreas de experiencia y opinión habituales, con lo que tengo que reforzar mi opinión con esto, que, a mi juicio, es una prueba INDISCUTIBLE.

[Furthermore, poop.]

En todo lo demás, estoy de acuerdo en que los griegos eran tan listos como todo hijo de vecino, y que los que pensaban eran los que tenían resueltos todos sus demás problemas, empezando por el hacerse con sus garbanzos. Tengan un buen día.