sábado, 29 de noviembre de 2008

Un giro informativo

Este texto es el monólogo que pronuncié en la radio complutense en el informativo de las dos del pasado jueves día 27.
La inestabilidad ya es sinónimo de la información de estos días que vivimos. La inestabilidad educativa, la inestabilidad económica, la inestabilidad internacional. Y ya no se sabe cuál es de ellas la causa de cada una. Tal vez sea que no vale con inyecciones como la de Bruselas de 200.000 euros. Un dinero que se escapa por la brecha abierta en la economía. Unas cifras en la bolsa que no llaman sino al pánico. Un pánico como el de Afganistán y su sangría constante. Un pánico como el de los raptos de Somalia, como el que azuza en Bombay, y del que tampoco se ha librado Esperanza Aguirre, caminando entre los charcos de sangre de más de un centenar de muertos.

Sin embargo, y con tanto pánico, ante esta tragedia o collage del desaliento. Qué hacen las empresas como Lukoil en expansión. De dónde sacan el dinero. Porque todavía hay dinero. Dinero ficticio que desaparece en la bolsa según el juego de las fluctuaciones.

De todas maneras, no es para alarmarse. Las alarmas son de aquellos que escuchan las crónicas de los sucesos. Que se empecinan en que éste es el tiempo de la crisis, cuando en realidad tan sólo es el tiempo de hablar de ella. Hablemos pues, ya que hay que hablar. Hablemos también del esperado descenso del indicador de hipotecas, o la entraga del reconocimiento a las víctimas del franquismo y la dictadura. Informaciones inocentes que son noticia, aunque no portada.

Por fortuna, siempre nos queda el deporte y la Champions. Si miramos con perspectiva, de hecho, los problemas de unos son las victorias de otros. El problema de los rectores universitarios es la prueba fehaciente de que los jóvenes luchan por su futuro. Y además en medio de un frío invernal, que más bien invita al sedentarismo en el hogar, a la espera de que siga descendiendo el Euribor, en un lugar no muy lejano..

Así es tal como estaba escrito. Hasta con dos puntos al final que no llegan a ser tres.
C.
Imagen: Un niño con el pijama a rayas en la representación de Tres Sombreros de Copa. Me pareció una posición bastante comunicativa por mi parte.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Presentación a todos los efectos

"No puedo entrar en minuciosas consideraciones sobre la índole de sus versos, porque me es del todo ajena cualquier intención de crítica. Y es que, para tomar contacto con una obra de arte, nada, en efecto, resulta menos acertado que el lenguaje crítico, en el cual todo se reduce siempre a unos equívocos más o menos felices". Rainer María Rilke, Cartas a un joven Poeta.

Es dificil hacer una crítica. Precisamente con la facilidad con la que se utiliza, se alza y se ensarta en todo aquello sensible de ser percibido. ¿Es que a todo llegan las lenguas voraces?¿De nada puede dudar la gloria del más glorificado y adulado de los autores cuando se prepara a ensartarse un joven con su petulante acento atildado de donde quiera que sea?

La crítica sobre unas bases se centra en la existencia de las causas, el procedimiento del análisis y la justificación de los hechos. En clave sobre la perspectiva del relativismo, un cubo sigue siendo un cubo, y jamás podrás verlo entero. Nadie sabe si hay un cubo, pero podemos despejar nuestra arista, dentro de la lógica de las estructuras invisibles que unen el mundo por donde no se ve.

A ello nos disponemos, damas y caballeros, en un nuevo blog de crítica, que espero que será del agrado de muchos, original como pocos y lo más inolvidable que sea posible. Y tengan presente que Tarantino no es una marca de moda, ni nada que se le parezca. Al menos de momento.

C.
Imagen: El logo del nuevo blog en el que participo con mis compañeros Alanthos y Borsha.
PD: Sí, lo sé. Sé que las presentaciones llegan tarde.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Piezas de un juego

Dicen que un hombre construía una casa tan grande que supo que todos le envidiarían por ello. Eran de ladrillo las paredes y los tejados de pizarra, una chimenea se alzaba en una esquina y sacaba grandes bocanadas de humo negro, calentaba la casa y a los niños recogidos en torno al hogar. La mirarían desde lejos con los ojos entornados todos los habitantes de la provincia, desde los viejos caminos arañados en la tierra, nubes de polvo estivales, enredaderos lodazales para el otoño, y tan siquiera habían cavado los cimientos. Ni estaba todavía.

El amor y el olor de sus pisadas podían ser tal vez sinónimos. El ardor y la virtud al que empujaban sus ojos, su candor. No era un ser mundano y cruel de esos que a veces hacen sentir vergüenza de uno mismo. Marcaba las baldosas al pasar y tan sólo pasaba para desaparecer. Se esfumaba el sueño y mi etérea realidad de polvo. Incluso cuando saludaba, quedaba mudo el todo, todo quieto, todo. Era tan delicioso disfrutar de su existencia sin interferir en ella, sin añadir una mancha a la inmaculada perfección de mi diosa.

Qué difícil ser padre, saber lo que hacer cuando se aleja su vida, desligada y ajena ya para siempre, como la de un desconocido que cruza y cuya cara te suena pero no aciertas a recordar por qué. Entonces es cuando peleas en una lucha en la que ni siquera hay dos púgiles. Golpes por todas partes, arañazos y destrucción al intentar hacer con una dolorosa justicia el bálsamo para el ataque invisible del veneno del tiempo. Hay que saber que las cosas que has creado no te pertenecen ni son tú, sino que necesitan de la libertad que el amor mismo que les dio alas las haga volar. Por supuesto es más difícil hacerlo que decirlo. Decir ya no cuesta nada.

Después de toda una vida, casi no ha pasado nada desde que se levantó todo lo que consideras tuyo. Veamos la blanca ciudad entre las montañas, con una pequeña fuente bajo el rocío de una leve y fina cascada de agua cristalina. Son esos momentos en los que te das cuenta de que toda lucha, toda razón y la pasión que te guió antes para lograr tus victorias quedó atrás. Lo que quieres es lo que tienes, y lo amas de una forma enferma y plenamente dependiente, como un cocainómano. Te darás cuenta de que todo indica que te equivocas, que vas a perder la enorme obra de tu vida, pero no querrás tener fuerzas para impedirlo y te hundirás con tu ciudad y todo el futuro de la gente que creía y confiaba en tu criterio. Como yo.

Pero para eso hay tiempo. Es muy fácil decir. Decir ya no cuesta nada.
C.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Obama

"... Esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales: la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza inquebrantable." Extracto del discurso de Barack Hussein Obama en Chicago.

Después de tanto tiempo, de esperas ante la noticia. Llegó ya al fin. No me esperaba que se citaran los ideales y tampoco la despedida tan elegante de McCain. Pero todo está ahí. En los periódicos. Nadie duda de que así sea.

No hace mucho tiempo que un vecino que comparte conmigo las escarpada colina, las casas de pueblo y el hermoso paisaje donde se situa Salinas de Hoz, que había estado bastante tiempo en EEUU habló en mi presencia de las costumbres del país al que me refiero de una forma peculiar. Dijo que los que manejan dinero se desentienden de la política, que no les importa que llueva o nieve, y que se ríen de toda esa gente que llora, que sufre y vive de esa luz dentro de unas vidas quizá no tan pudientes. Y uno se pregunta, ¿por qué? ¿Por qué puede no importarles el futuro de su nación, de sus conciudadanos, del mundo entero?

Quizá porque ellos siempre conservarán el dinero y el poder. Quizá porque no cambia gran cosa que llueva o nieve en el mundo.

Por eso me alegra oír que todavía se recuerdan los ideales, aunque sea de forma tan sucinta y sin más importancia que la del papel mojado en un mar de leyes inaplicadas o inaplicables, estatutos, informes olvidados, multas en proceso o proyectos inacabados.
C.
Imagen:
Obama.